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Cuando el Tatuaje va Más Allá de la Piel…

Monterrey Nuevo León México, lunes 17 de Septiembre, 2018, 10:03 p. m. (Mary Tovar). En algunas personas, tatuarse significa iniciación o señal de pertenencia y ocurre en edades claves: 15, 18, o 21 años, etc. La tinta indeleble puede grabarse en cualquier parte del cuerpo, es así como águilas, flores, estrellas, el nombre de la persona amada, imágenes religiosas, etc., forman parte de estos dibujos hechos sobre la piel con agujas y tintas de colores. De hecho, el maquillaje permanente es un tatuaje.

Otros acostumbran hacerse perforaciones en el cuerpo, abriendo agujeros en la piel e insertando piezas de joyería en el lóbulo de la oreja, ombligo, nariz, etc., que se realizan sin contemplar los riesgos en la salud, que van desde reacciones alérgicas, hasta la cicatriz que se forma durante la curación y se conoce como “queloides”, hasta infecciones, por lo que cabe disminuir riesgos, asegurándose de que el centro donde efectúan el procedimiento, sea higiénico, seguro y de buena reputación, que hagan esterilización adecuada al equipo y sigan instrucciones para el cuidado de la piel al pie de la letra.

Los tatuajes se convirtieron en fenómeno social, pueden eliminarse, aunque es difícil, doloroso y deja cicatrices. Es una práctica milenaria. Hacerse tatuajes está causando furor en adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes, como si marcar el cuerpo fuera forma de expresión de la cultura actual. Pareciera que quieren decir algo más de él y resaltar la parte del cuerpo que se sellaron.

“Los porqués, pueden ser la identidad o los distintos duelos que pasamos en nuestra vida”, dice Roxana Cruz, especialista en el ramo, y agrega: “Es casi generalizado, porque sólo se avizoran estos dos ejes. Todos atravesamos diferentes crisis durante nuestras vidas. Pero hay un tejido social menos consistente y pocos canales para registrar esas crisis. Por eso cada persona transmite sus propias experiencias a través de un medio más tangible y modificable: su propio cuerpo”.

Quienes deciden traer tatuaje, no consideran que este dura para toda la vida, lo ven como moda pasajera, como forma de expresarse socialmente y una nueva modalidad de arte.

El tatuaje se liga a la adolescencia, porque esta etapa tiene la característica de crisis, pero en sentido positivo, tiempo de romper ataduras, despegarse de los padres, encontrar nuevas formas de identificación, como una manera de decir “este soy yo, mírenme”.

El tatuaje se vuelve emergente para muchos. Quienes lo impusieron fueron los adolescentes, etapa anteriormente delimitada, que ahora se ve con la aspiración de personas ya mayores que buscan verse jóvenes, lo demuestran en sus conductas, vestimenta y tatuarse, colocarse piercing’s o ir con el cirujano estético a “arreglarse algún detallito. La diferencia de género también está presente en los tatuajes, dibujos de flores, corazones, etc., asociados a la mujer y dragones, tigres, cadenas, etc., al hombre.

Hay quien se tatuó el rostro de sus padres, una señora, lleva el rostro de su hija en el pecho. Un tatuaje que no ha sido muy aceptado y se considera de mal gusto, es intentar retratar la cara del ser amado. Aunque el deseo de grabarse en la piel a esposa, mamá, hijos, artista favorita pueda ser de buena intención, a veces el resultado es lamentable, sobre todo cuando quedan deformes y feos, llevando al irremediable arrepentimiento, pero no hay vuelta atrás. Las caras de personas rara vez quedan bien y cuando así ocurre salen carísimos.

Preguntamos a un profesional del tatuaje en el centro de Monterrey que pide omitir su nombre, que si el grabarse la piel es obsesión o adicción…

La respuesta fue: “En una sociedad de consumo, existe idea de que hay un cuerpo que debe ser trabajado y las expresiones de erotismo buscan fronteras de expresión, tatuarse puede convertirse en adicción comparable al consumo de drogas. El tatuaje cumple funciones para el psiquismo individual y viene a reparar algún aspecto que uno considera faltante en uno mismo, puede servir para compensar pérdidas, ya sea de un ser querido, de ideales, o aspiraciones no cumplidas, puede ser un medio para regular tensiones internas y expresar afectos y deseo de perdurabilidad”.

El tatuaje cambió, muchos se lo hacen pensando que puede removerse o transformarse cuando pierda sentido, ya no es “para siempre”. En Japón, se impide la entrada a personas tatuadas a muchos lugares públicos, asocian los tatuajes a “las mafias”.

El libro de Nachon-Sasturáin que trata sobre el tatuaje, afirma: “Más de una historia sostiene que el tatuaje es arte y símbolo, construcción del propio cuerpo y palabra sagrada, impuso atávico y conmemoración vital que se vuelve un relato que transcurre en la piel del tatuado (…). No hay separación. No hay muerte, hay madre-hija incorporadas en la piel, juntas para siempre en ese pacto de sangre que constituye el tatuaje”.

Demi Lovato…
La cantante y actriz Demi Lovato, en un talk show de la cadena ABC, confesó que se arrepiente de haberse grabado 12 tatuajes: “Estoy considerando someterme al láser para borrarlos, fue una locura del pasado, pero como toda moda pasa… me arrepiento de esas locuras de adolescente. Estoy arrepentida de haberme dibujado mi cuerpo de forma permanente, ojalá el láser desaparezca esos tatuajes de mi piel”.
El tatuaje aumentó en las preferencias de muchos mexicanos que deciden grabarse la piel, aunque les hagan víctimas de discriminación como ocurrió en Nuevo Laredo Tamaulipas, donde recientemente una niña de 4 años fue expulsada del kínder, porque sus padres son propietarios de un salón de tatuajes.

Julio César Acosta, padre de la menor, tiene varios tatuajes. Él y su esposa, Neyda Valenzuela Pérez, presentaron ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos una queja contra el plantel de preescolar por Discriminación, e indicaron que al enterarse de la decisión de la directiva escolar, solicitaron una junta con todos los padres de familia del jardín de niños, que les fue negada con el argumento de que todos ellos, en una asamblea, fueron quienes pidieron a la Directora la expulsión de la niña.

Los tatuajes se catalogan como “propios de presidiarios” o “de prostitución”, además de que pocas empresas dan trabajo a quien luce grabaciones en su piel, pese a ello, muchas personas gustan de dibujarse alguna figura o nombres de personas, etc. R/90

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