* Lucran con la emergencia de pacientes y sus familiares
Monterrey Nuevo León México, miércoles 30 de Mayo de 2018, 8:25 p. m. (J. J. Hernández).- Las ambulancias “pirata” lejos de ser el alivio para los pacientes que enferman repentinamente, son un gran riesgo. Aparte de que aprovechan las ventajas que les ofrece el hecho de no estar reguladas, circular por carriles exclusivos, estacionarse en lugares prohibidos, usar la sirena y rebasar los límites de velocidad.
Algo muy grave es el hecho de que no se sabe si el personal que maneja estas ambulancias, incluidos los paramédicos que van a bordo, están capacitados para atender una emergencia. Obstruyen la atención de la Cruz Roja y otras instituciones, pues si la persona que pidió ayuda está siendo atendida por otra ambulancia, reportan inmediatamente a los superiores, buscando que este tipo de situaciones se vaya erradicando. Lo más común, es que al llamar a una ambulancia, quien la necesita y los familiares están asustados, presionados, nerviosos y no se dan cuenta, o no le dan importancia al hecho de que la ambulancia que ha llegado presuntamente a prestar auxilio, es marca “patito”, no tiene las siglas de ninguna institución de socorro, no traen el equipo necesario para atender situaciones de suma urgencia, pero ya el enfermo está “arriba”, ahora lo que urge es llegar al Hospital y lo importante pasa a segundo término.
Dichos vehículos son camionetas viejas habilitadas para “atender pacientes”, pero carecen del instrumental médico adecuado. Los propietarios de estas unidades se defienden, dicen que “llevar a un enfermo u herido no grave, es una fuente de trabajo”.
Según algunas personas que han utilizado estos servicios, el costo fluctúa entre los 4 y los 6 mil pesos, pero ¡oh sorpresa!, cuando llevan al paciente al hospital y este es estabilizado, es cuando te informan que el contrato que tienes con ellos no abarca el regreso a casa, es decir, sólo conducen a los enfermos a alguna clínica-hospital, pero no lo regresan a su domicilio y los dejan ahí “encampanados”, pues ya de noche, las ambulancias no trasladan, entonces tienen que esperar los enfermos ahí en el hospital, hasta otro día, para que en horas hábiles, pueda tramitarse el regreso a sus hogares.
El 9 de febrero 2018, un empresario fue asaltado para quitarle el dinero que acababa de retirar de una institución bancaria, Se le atendió por una unidad “patito”, que no siguió el protocolo de conducir al enfermo al hospital más cercano, los paramédicos trasladaron al empresario herido al lugar donde falleció posteriormente sin realizar lo adecuado para que se le atendiera debidamente, ocasionándole la muerte a su cliente.
Los familiares del fallecido tuvieron que pagar 3 mil pesos por el uso de la ambulancia y 46 mil pesos por la “atención hospitalaria”.
La Secretaría de Salud, y quien corresponda deberían trabajar en coordinación y elaborar una Ley que regule este tipo de servicios. R/90