Miércoles 16 de Octubre, 2019, 4:40 p. m. (Mary Tovar).- Hace unos días, cientos de migrantes -se habla de que ya son un millar- tomaron el puente fronterizo que separa Matamoros Tamaulipas de Brownsville Texas para exigir asilo en Estados Unidos, acamparon, bloquearon el paso de camiones, se quejan de que en México se les está maltratando y han convertido la línea divisoria en una olla de presión, al exigir se acelere la respuesta a sus peticiones de asilo.
Ya son varios meses los que tienen viviendo en territorio mexicana bajo la tutela del Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), una política que ni siquiera es de este lado, sino que es de la Casa Blanca, donde se obliga a los solicitantes a esperar al sur de la frontera, mientras las Cortes estadounidenses estudian, analizan y resuelven si les dan protección o no en suelo gringo.
Según la Agencia Reuters, el total de solicitantes que están en nuestro país esperando la tan ansiada respuesta, ronda los 40 mil extranjeros. Presuntamente, 16,000 son menores de edad. Los campamentos improvisados paralizan el tráfico de camiones en esa pasada fronteriza, impiden el libre tránsito de los miles de mexicanos que cruzan la garita para trabajar, estudiar o desempeñar otras acciones cotidianas en los dos países.
La garita conocida como “Gateway” y las oficinas estadounidenses de Aduanas y Protección Fronteriza, desde horas de la madrugada, se vieron en la necesidad de desplegar algunos 50 elementos antimotines para cerrar el tránsito en ambas direcciones.
NOTIMEX, la Agencia de Noticias de México, calcula que aproximadamente 500 inmigrantes están en el puente fronterizo internacional. De ellos, 300 protestaron en una manifestación que impacientes, llevaron a cabo.
Automovilistas y transeúntes optaron por otras alternativas de cruce, como el puente Brownsville & Matamoros, la garita de “Los Tomates” o “el paso de Los Indios”.
Esa frontera entre México y Estados Unidos, es la más transitada del mundo. El comercio binacional supera los 600 mil millones de dólares al año. El área metropolitana entre Matamoros y Brownsville es la cuarta más poblada con alrededor de 1,3 millones de personas que habitan en ambos lados del muro.
Una política se empezó a aplicar a principios de este 2019. La llaman “QUÉDATE EN MÉXICO”. La Universidad de Syracuse, asegura que hay más de 6,300 personas esperando en Matamoros mientras reciben audiencia ante los tribunales estadounidenses.
El cuello de botella a las puertas de EE UU provoca largos tiempos de espera, que oscilan entre los 4 y los 6 meses. En los puntos más concurridos, la dosificación de solicitudes puede prolongarse hasta los 8 meses. Ante el desplazamiento hacia el Norte de la Caravana migrante de octubre del año pasado, Matamoros calculaba que su infraestructura de acogida, apenas alcanzaba para un millar de migrantes.
Matamoros, que tiene poco más de medio millón de pobladores, se encuentra en Tamaulipas, es foco rojo de violencia en México. En marzo pasado, una veintena de migrantes que viajaban en autobús de San Fernando a Reynosa, en la frontera, presuntamente fueron secuestrados. El Gobierno ligó la desaparición al tráfico de personas.
Mientras Washington ha puesto en marcha en los últimos cuatro meses una serie de políticas unilaterales y acuerdos con México y los tres países del norte de Centroamérica para contener la migración, foco de preocupación de las organizaciones civiles e internacionales está en que se garanticen los derechos humanos de las personas en tránsito, así como en la propia capacidad de los países para gestionar la crisis migratoria. El éxodo desde el istmo centroamericano se cifra este año en más de 800 mil personas, según el Gobierno mexicano.
DENUNCIAN MALTRATO MEXICANO
La organización “Sumando Venezuela”, que auxilia a inmigrantes de ese país en Quintana Roo, denunció que alrededor de 500 venezolanos fueron retenidos varios días, en el aeropuerto de Cancún. Las organizaciones denuncian que se les ha impedido entrar a México sin justificación y sin que se les permita contactar a sus familiares, aislados en un cuarto conocido como “la burbuja”.
En Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, varios centenares de inmigrantes de Congo, Angola y Camerún, varados en territorio mexicano se han enfrentado en los últimos días con agentes de la Guardia Nacional. Los inmigrantes han protestado porque las autoridades no han resuelto sus solicitudes para regularizar su estancia en México y amenazan con organizar una caravana de no obtener respuesta.
El “Día de la Raza” pasado, la Guardia Nacional, Policía Federal y Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), frenaron el avance de una caravana de aproximadamente dos mil migrantes africanos, caribeños y centroamericanos. Un número no determinado se entregó y fue detenido. Los extranjeros salieron esa mañana sabatina de Tapachula hacia el norte, en su desesperada idea de llegar los Estados Unidos (dijeron que tenían varias semanas esperando respuesta), pero un despliegue de fuerzas mexicanas de seguridad los sorprendió 9 kilómetros antes de ingresar al municipio de Huixtla, donde harían su primera escala de descanso para seguir su trayecto. Los migrantes africanos son considerados “apátridas” por la administración mexicana, que no dispone de acuerdos para la deportación. Hasta julio, cuando eran liberados de Siglo XXI se les entregaba un documento que les daba dos opciones: regularizarse o salir del país en un plazo de 20 días, tiempo que los extranjeros aprovechaban para cruzar México en dirección a la frontera con Estados Unidos. Ahora, solo les permiten dejar el país por el sur, es decir, en dirección a Guatemala.
Los migrantes que están esperando respuesta a las solicitudes de refugio presentadas en los Estados Unidos y que se encuentran en Matamoros Tamaulipas, sin tomar en cuenta la nobleza de asociaciones de beneficencia y voluntarios que gustan de ayudar al prójimo, tiran en la vía pública los alimentos que les proporcionan “para que no se malpasen”, sin importarles tampoco la basura que generan, dando mal aspecto a las calles matamorenses. Como dijera Juan Gabriel (qepd), “pero qué necesidad”? R/90