Cómo le va, comadre Filosofía? El chisme está caliente y usted que no venía para contarle. Luego de que Claudia Sheinbaum, entonces jefa de Gobierno, cesara a su secretaria de Turismo por usar un jet privado y declarara que “en Morena no hay privilegios”, hoy el senador Gerardo Fernández Noroña desafía ese discurso. En agosto fue exhibido por poseer una residencia de más de 12 millones de pesos y viajar en primera clase; ahora rentó un avión privado de lujo —con costo de 2 mil dólares por hora— para trasladarse a Torreón Coahuila, donde presentó un informe legislativo sin relevancia. Al ser cuestionado, Noroña admitió haber volado en un “taxi aéreo” porque “era necesario”, y afirmó que el empresario Ricardo Salinas Pliego pagó el viaje. Este último respondió tajante: “Yo no apoyo a la rata miserable de Fernández Noroña”.
El senador intentó justificar su acción, alegó que Sheinbaum autorizó el uso de aviones privados “cuando sea necesario”, aunque la presidenta se refería únicamente a aeronaves militares en casos excepcionales. Se presume que el avión usado, matrícula estadounidense N850KL, operó de forma irregular en territorio mexicano. El escándalo generó críticas dentro y fuera de Morena, y ya consideran a Noroña un lastre político para la llamada Cuarta Transformación. Bueno, comadre Filosofía, vaya por mi compadre Armando Guerra para cenar aquí todos juntos. Ya le eché más agua a los frijoles. R/90