Existía la creencia de que sólo los seres con cerebros complejos podían dormir, hasta que un mexicano rompió esa idea.
Los camarones son un producto delicioso del mar que permiten ser degustados de muchos modos y en variadas combinaciones, con vegetales, en ensalada, ceviche, cóctel o gratinados. Es una comida sana por su bajo contenido calórico y graso, y aporta proteínas, vitaminas E y B12 (que abona positivamente a la salud de las neuronas y los glóbulos rojos) y ácidos grasos, conocidos como omega-3, que contribuyen a prevenir afecciones cardiacas. Además, reduce el nivel de triglicéridos. Es ideal para formar parte de tu dieta.
Tienen minerales como el yodo, (que ayuda a quemar el exceso de grasa corporal); zinc, *apoya al sistema inmunológico(; selenio, (prevén el daño celular(; potasio, (contribuye al equilibrio celular), y fósforo, (que coadyuva al buen funcionamiento de los riñones y a la regulación de las palpitaciones).
Estos crustáceos contienen colesterol, pero, en una dieta balanceada puedes comerlos hasta 2 veces por semana.
Los camarones son conocidos vulgarmente como “cucarachas de mar” por su tipo de alimentación omnívora. Se alimentan de la basura del mar, tal y como las cucarachas se alimentan de basura terrestre. También son llamados “carideos”, son crustáceos de agua dulce o salada. Su densidad poblacional es masiva, como la de las cucarachas, y tan sólo en el Océano Pacífico hay aproximadamente 240 especies. Miden entre 2 y 35 milímetros, son de cuerpo cilíndrico y su cabeza está separada del tórax. Tienen caparazón y 10 patas. Los colores de su cuerpo varían dependiendo de la especie, algunos son descoloridos y blancos, otros son transparentes y hay otros que tienen colores brillantes. Se alimentan de algas, crustáceos pequeños, carroña, residuos de otros peces y animales muertos.
Son ideales para quienes llevan un régimen alimenticio para bajar de peso. Una de sus propiedades es su bajo contenido en grasas.
Diversas investigaciones señalan que el camarón tiene niveles bajos de colesterol: 100 gramos de este crustáceo contienen 100 miligramos de colesterol, lo que representa un tercio de lo que se encuentra en un huevo.
Es importante combinar una dieta balanceada con una buena hidratación y la práctica de alguna actividad física. La industria camaronera nacional es productiva. Las exportaciones van en aumento. Falta la consolidación como uno de los de mayor importancia en materia de divisas para el país.
YA LOS DESCUBRIERON..
El doctor Fidel Ramón Romero de la Universidad Nacional Autónoma de México, observó el comportamiento de los acociles, que son “primos” de los camarones.
¿QUÉ DICE “EL DICHO”?
Uno de los refranes más populares en México dice: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”, haciendo referencia a que quien no está atento deja pasar las buenas oportunidades.
La duda es: ¿Estos animales marinos en realidad pueden pasar tiempo sin descansar?
Se sabe que los carídeos, -como también se les llama-, sí tienen ciclos de sueño, ya que cuentan con sistema nervioso central.
Así lo aclaró el investigador Fidel Ramón Romero, adscrito a la Facultad de Medicina de la UNAM: “Después de demostrar en 2004 que los acociles caían en somnolencia profunda, con lo que el maestro Ramón Romero desmintió la creencia (aceptada por todos los científicos hasta hace apenas 6 años) de que el sueño era exclusivo de animales con cerebros complejos, el profesor ha comenzado a experimentar con organismos más sencillos, como las hormigas. Próximamente, lo hará con gusanos”, se escribió en la Gaceta de la UNAM en marzo de 2010.
HAY UN PARENTESCO CON LOS ACOCILES
Ahí mismo se describió el momento en el que el especialista descubrió que los acociles, “primos” de los camarones, sí toman siesta: “(…) Se daba por hecho que sólo las criaturas con cerebros complejos, como los mamíferos, aves y reptiles, podían dormir, hasta que Ramón Romero comenzó a sospechar que esto no era cierto cuando observó un acuario lleno de acociles, primos cercanos del camarón. De pronto vio que uno de ellos, súbitamente se apartó de los demás para ir a un lugar cómodo y seguro, se recostó y se quedó inmóvil… Tras pensarlo un rato, llegó a una conclusión asombrosa: ¡Aquel crustáceo estaba tomando una siesta!”.
Ahora ya lo sabes. Aunque sean animales con “sistemas básicos”, requieren de un tiempo de “apagón” para recargarse. No es raro que busquen lugares tranquilos, como los humanos, para dormir.
Quedó al descubierto que el conocido refrán no se sigue tan al pie de la letra, pues los camarones sí duermen. Así lo asegura el doctor Fidel Ramón Romero de la UNAM. R/90
Domingo 1 de enero
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Ciencia y Salud
Mary Tovar
Reporte90