Lo primero es, saber que temperatura y calor, son palabras muy diferentes y que la temperatura se mide en grados centígrados o farenheit. Cuanto más alta esté la temperatura en una olla, más rápido se cocinarán los alimentos, pero también puede quemarlos.
El calor es energía que se produce por quemar gas. Mientras más cantidad de gas se queme, más calor produce la flama, pero si tienes flama baja, menos gas quemas y ya estarás ahorrando.
Otros trucos para que el ahorro sea más eficiente:
UTILIZA OLLAS DE ACERO INOXIDABLE: En lugar de usar ollas de barro, procura que sean de acero inoxidable. El metal es excelente conductor de calor. Así usaras menos gas.
“CURAR” LAS OLLAS DE ALUMINIO
Manténlas en buenas condiciones, ya que las superficies brillantes reflejan el calor. Manténlas así, ya que las superficies exteriores de las ollas, calentarán mejor los alimentos con menos cantidad de gas quemado.
UTILIZA OLLAS ADECUADAS
Usa una olla que abarque lo suficiente para cubrir la llama ya que se extenderá por toda su superficie.
NIVEL DE FUEGO
Una vez que la preparación haya alcanzado su punto de ebullición, baja la llama, para que mantenga su hervor.
MANTÉN TAPADA LA OLLA
Si está destapada, el calor escapará. Hay que mantenerla el mayor tiempo posible tapada.
EL COLOR DE LA LLAMA
Asegúrate que el color de la llama sea azul, pues las llamas de color amarillo indican que el proceso de quemado de gas es incorrecto. Si ocurre, es señal de que tienes que llamar a un técnico para que lo repare.
USA OLLA DE PRESIÓN (OLLA EXPRÉS)
Son excelentes para ahorrar gas. Se puede utilizar el nivel de fuego medio-bajo por mucho menos tiempo y los alimentos se cocinaran rápidamente.
Si pones estos consejos en práctica, ¡tu bolsillo te lo agradecerá! R/90
DOMINGO 1 DE AGOSTO, 2021.
Nihlze Carrizales. R/90