Pobreza, marginación y abandono, es la realidad que enfrentan millones de mexicanos que hablan una lengua indígena. En pleno 2024, 2 de cada 3 viven en pobreza multidimensional, reveló el Inegi.
Son 5.3 millones de personas, la misma cifra que hace seis años. El dato es alarmante: el 66.3% de los hablantes de lenguas indígenas están sumidos en la pobreza, más del doble del promedio nacional, que es de 29.6%.
Las mujeres llevan la peor parte. Casi 3 millones de indígenas mujeres viven con carencias graves: sin acceso digno a salud, educación, vivienda o servicios básicos. La pobreza las alcanza más que a los hombres: 67.4% de ellas están en esta condición, frente a 65.2% de los varones.
Los niños y adolescentes indígenas tampoco se salvan. El 38.7% de ellos –casi 4 de cada 10 menores de 17 años– viven en precariedad, superando por mucho la media nacional.
En contraste, los adultos mayores (65 años o más) parecen resistir un poco mejor: sólo el 23.6% está en pobreza, un dato inferior al promedio general.
También la población afrodescendiente enfrenta un panorama complicado: 1.2 millones viven en pobreza, lo que representa el 32.3% de quienes se reconocen como parte de este grupo.
La desigualdad es brutal y evidente: hablar una lengua indígena, ser mujer, tener una discapacidad o vivir en el campo, aumenta drásticamente la probabilidad de vivir en condiciones precarias.
Mientras las cifras no se mueven y los discursos oficiales prometen justicia social, millones siguen atrapados en el mismo círculo de miseria. R/90
Mary Tovar
Lunes 18 de Agosto, 2025.
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