-Los animales se acercan.
No se trata de un partido de fútbol, sino de la presencia real de osos y pumas que cada vez aparecen con más frecuencia en calles, parques y colonias del territorio regiomontano y su área metropolitana.
Estos encuentros no son casuales: responden a la pérdida de sus hábitats, la expansión urbana desordenada y la falta de espacios de paso seguros para la fauna.
UNA MIRADA DESDE EL CAMPO
Los conflictos entre humanos y fauna, ahora son vistos desde otra perspectiva, lo que se veía como un simple ataque de un puma o un coyote al ganado, en realidad era una cadena de causas: la falta de perros de guardia adecuados, la inexistencia de cercos y la cercanía con zonas habitadas. Cada ataque evitado con medidas preventivas demostraba que existían varias formas de convivir sin necesidad de eliminar a los animales.
ENCUENTROS QUE DEJAN HUELLAS
Dejó tema para la historia un acontecimiento que ahora cuentan como leyenda: un puma entró al corral y mató a varios ejemplares, el hecho mostró que los depredadores seguirán su instinto si no hay barreras adecuadas.
UNA NUEVA URGENCIA
Hoy estos animales no están “allá en la sierra”, ya están aquí, compartiendo espacio en entornos urbanos donde los residuos y la comida fácil los atraen, pero llegan con problemas: osos con sarna avanzada, pumas con signos de desnutrición. Estas enfermedades, provocadas por parásitos y agravadas por estrés y falta de alimento, son señal de un entorno que les resulta cada vez más hostil.
HACIA UNA CONVIVENCIA REAL
Desde la Secretaría de Medio Ambiente se trabaja para rescatar, rehabilitar y monitorear la fauna silvestre en áreas urbanas, se impulsan campañas para desalentar la alimentación de dichos animales, se promueve el manejo adecuado de residuos y se protegen corredores biológicos que les permitan desplazarse de forma segura.
Es indudable que se requieren más que acciones institucionales. No vendría nada mal un cambio de visión sobre cómo debe crecer la ciudad capital, entendiendo que expandirnos sin límites destruye ecosistemas esenciales y pone en riesgo tanto a la fauna como a los ciudadanos.
COMPARTIMOS ESPACIOS
Los pumas, osos y demás especies no son invasores, sino vecinos en este territorio compartido. Protegerlos no es un lujo ecológico, más bien es una responsabilidad y un acto de humanidad que refleja nuestra capacidad de coexistir con respeto y equilibrio. En su bienestar también se refleja el futuro de nuestras ciudades y la calidad de vida de quienes las habitamos. R/90
Mary Tovar
Locales
Jueves 10 de julio 2025
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Reporte90