Ayer lunes 9 del mes 9, andaban las pesquisas a todo lo que da. Buscaban a Yunes, que se hizo ojo de hormiga de repente.
Se “perdió” poco ante de que iniciara la averiguata por la Reforma Judicial. El senador Miguel Ángel Yunes Márquez no llegó a la junta que tenía pendiente con las dirigencias panistas veracruzanas, que no creían lo que estaban viendo y escuchando. El Senador no les contestaba los mensajes.
Su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, -que es su suplente-, tampoco. Ambos gozan las mieles del poder político en Boca del Río y el Puerto de Veracruz desde el año 2008. La panista Patricia Lobeira, esposa de Yunes Márquez, es la alcaldesa del hermoso puerto jarocho.
Las malas lenguas comenzaron a activarse. Dicen que presuntamente Audomaro Martínez, del Centro Nacional de Inteligencia, citó a padre e hijo y les enseñó unos expedientes, les dijo que son denuncias contra ellos y sus familiares “por corrupción y enriquecimiento ilícito”, que les ofreció darles carpetazo, si ellos firmaban a favor de la reforma judicial de la 4a T.
Si se necesita la Reforma Judicial, pero planteada entre todos los involucrados, sin pinceladas sospechosas ni imposiciones fuera de lugar. Sólo Gabino Barrera no entendía razones. Como dijera telmex alguna vez: “hablando se entiende la gente”. Todo se puede lograr sin autoritarismos baratos ni cerrazones mentales. Todo sea por el bien de México, nuestra Patria.
La oposición dice defender al Poder Judicial bajo la misma consigna utilizada contra la reforma electoral, la de “El INE no se toca”.
La Democracia y el Estado de Derecho ahí están. Sólo es cuestión de hacerlos valer con razonamiento puro, sin dinamitar la delgada columna que sostiene a las instituciones, ahora tan perseguidas y desaparecidas. Oposición, poder y críticos no están en sintonía, están batallando para ponerse de acuerdo.
Los críticos, viendo todo desde la barrera, dicen que habrá madruguete y que se votará en afirmativo si o si, la “reforma al Poder Judicial”. También dicen que habrá mayoría en ese votación, y que desde hace días huele a miedo y traición.
La oposición augura que toda la parafernalia del entorno se cocinará al vapor, más rápido que pronto pues, antes de que se arrepientan, se amparen, o eliminen algún punto o coma.
Tal como reza la “Ley de Herodes” -o te chin… o te jodes-, si Yunes Márquez va a la sesión del Senado y vota ya aliado a Morena daría el voto 86 y legitimaría las dos terceras partes de la votación. Si no va, posibilita que Morena y el bloque oficial logren mayoría calificada, porque quitaría un voto clave a la oposición.
Lo interesante del caso es que hoy se sabe si hubo o no voto de traición para el bloque de oposición y también se sabrá si hay nuevos morenos en Morena, pues estuvo harto sospechoso que los Yunes no acudieron a la reunión del pasado domingo, si habían dicho que estaban más puestos que un calcetín.
La chismología no descansa y si es posible, se avienta sus horas extras, más en un asunto tan peliagudo como este: dicen que el ex gobernador de Veracruz, chapulinescamente dejará o ya dejó al partido blanquiazul para sumarse a Morena y así alcanzar la mayoría calificada y los votos necesarios para aprobar la reforma, con el voto decisivo número 41. ¡”áiga” cosa! R/90
Martes 10 de septiembre 2024
Política Nacional
Reporte90