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INSTAN A POTENCIAR EL CAMPO MEXICANO

El año pasado, México importó 16.5 millones de maíz amarillo transgénico. Un 80% del mismo fue para producción pecuaria y un 20% para uso industrial, incluyendo el consumo humano.

 

El llamado al gobierno federal para que se elabore una estrategia dirigida a reforzar la producción de maíz en el país, luego del decreto presidencial que impide importarlo, lo realizó un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo.

 

El maestro investigador Gerardo Noriega Altamirano, profesor de la universidad agrónoma mencionada, alabó la prohibición a la entrada de maíz transgénico a casa de las familias mexicanas y alertó en el sentido de que no se establecerá un plan para cubrir las afectaciones causadas a la industria:   “El gobierno mexicano tendrá que desarrollar un aumento a la producción de maíz amarillo y  fortalecer a las instituciones de investigación, ya sea que se llame Chapingo, Colegio de postgraduados, Antonio Narro, Politécnico, UNAM, metropolitana y demás universidades. Hay que robustecer la red de instituciones en campo de la investigación, producir la semilla. México tiene que dar oportunidad de desarrollarse  profesionalmente a los alumnos para que esos conocimientos lleguen al surco y así podamos levantar la producción agrícola. Requerimos que todos los maíces que están ahí en el mercado tanto de empresas mexicanas como internacionales, sean valorados agronómicamente. Para ello, desde la academia se ha establecido un proyecto para fortalecer el maíz nativo de México que podría ayudar a mejorar el abasto dentro de la cadena productiva en el país, con apoyo de instituciones de investigación. Estamos integrando una iniciativa para  producir maíz amarillo y sustituir el maíz transgénico, para que en el mediano plazo, si el gobierno federal abrazara esto como una política pública en México, se pudieran estar consumiendo alimentos sanos, de alta calidad y libres de transgénicos. Estamos identificando al talento mexicano que tiene que ver con la producción de semillas. Hablamos con genetistas, fitomejoradores, fisiólogos, químicos, biólogos, bioquímicos, todo con la intención de poder desarrollar un planteamiento que permita al país en el mediano plazo producir parte de la semilla hibrída que requerimos para producir maíz amarillo”, destacó.

 

El plan contempla estrechar  alianzas entre las instituciones de investigación y el trabajo en sinergia entre el Colegio de Postgraduados, el Instituto Politécnico Nacional, la UNAM y la Universidad Metropolitana.

 

En cuanto a la industria alimenticia, el experto en el tema, enfatizó que algunos de los productos donde se usa dicho insumo, está principalmente en elaborar edulcorantes y harinas, utilizados mayormente en el sector panadero y tortillero: “Podemos ver estos productos en las mesas de los consumidores, lo estamos consumiendo y viene de ese maíz amarillo transgénico. El maíz amarillo no tiene desarrollada la genética de forma tan avanzada como los blancos. Estamos proyectando un rendimiento más medio de unas 7 toneladas y media, lo que significa que México en el corto y mediano plazo, debe estar expandiendo el cultivo amarillo en unas 666 mil hectáreas, pero los agricultores de subsistencia tienen una respuesta: “No”, eso es en los productores medianos y grandes que en promedio cultivamos las 10 hectáreas. Para consolidar el proyecto es necesario apoyar a algunos 666 mil productores de maíz y alcanzar la producción de al menos 5 millones de toneladas del grano amarillo, para evitar una escasez del insumo en la industria. Llevar ciencia y tecnología a los 666 mil productores, para lo cual se requiere diseñar a un programa de extensionismo especial, orientado al alto rendimiento de la producción de maíz amarillo, para lo cual  el Estado mexicano debe contratar algunos mil 300 profesionales del desarrollo rural que sean capacitados por expertos que justamente es de lo que estamos tratando, de ir hablando, de ir construyendo en este planteamiento y de esa manera ciencia y tecnología llegarán hasta el surco de los productores de maíz amarillo que haya en México y es que para la Universidad Autónoma de Chapingo el ingreso de los maíces transgénicos puede contaminar los más de 55 maíces nativos del país y sería de alto riesgo perder toda esa fortaleza genética que la naturaleza ha logrado en 10 mil años. No es para nosotros ninguna ventaja  utilizar maíces transgénicos, el patrimonio genético que tiene México con un manejo agronómico donde ciencia y tecnología concurra y lleguen a la parcela, es suficiente para mejorar los rendimientos actuales y que a mediano plazo México produzca para caminar a la autosuficiencia alimentaria”.

 

Hoy día, la industria ocupa aproximadamente 4 millones de toneladas de maíz. México produce casi 3 millones de toneladas para cubrir las necesidades específicas de la industria. Hablamos de un millón de toneladas de maíz, si nos damos a la tarea en el marco de una política pública, México en breve puede garantizar a los mexicanos tener una alimentación sana de alta calidad, libre de transgénicos. El espíritu del decreto es relevante. La decisión de que los mexicanos tengamos derecho a una alimentación sana, es lo mínimo a lo que deberíamos aspirar, a que en todas las mesas de nuestros compatriotas haya alimentos sanos y de alta calidad es un sueño que viene desde las universidades y los académicos”, concluyó. R/90

 

Viernes 17 de febrero 

Derechos Reservados 2023

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Mary Tovar

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